17 de diciembre de 2008

Negocios de diseño

En días pasados se puso en contacto un exalumno mío al cual he seguido desde hace algunos años, ya que mostró una gran visión de negocios de diseño desde que estaba en segundo semestre de la carrera. La plática se desarrolló en una línea muy interesante que creo que vale la pena extenderme en este medio lo más que pueda.

Cuando este alumno ingresó a la carrera, en algún momento se acercó a mi para preguntarme cuanto podría cobrar por un trabajo muy particular que estaba desarrollando, el cual en ese tiempo pensaba el cobrar algo así a los 100 USD. Recuerdo que casi me da algo al revisar el trabajo que pretendía cobrar y sin más le recomendé que cobrara al menos 1,000 USD, ya que su proyecto lo valía y con mucho. Después de mucho platicar al respecto, lo convencí de que presentara su proyecto en la incubadora de negocios de la universidad y sin mayores sorpresas (ya que su producto es de alta creatividad y calidad) fué aceptado en la misma y con el tiempo se inició una micro empresa que actualmente la componen cuatro diseñadores y arrancando de manera formal.

El proyecto que mi exalumno fue premiado en varias ocasiones a nivel local y nacional, y ha sido presentado como caso de éxito por diferentes instituciones a otras incubadoras de negocios, y por supuesto ha recibido grandes comentarios de las áreas de negocios y mercadotecnia de la universidad. Pero... pueden adivinar de que área en particular nuestro emprendedor NO ha recibido ningún apoyo ni comentario positivo?, efectivamente.... del área de diseño gráfico de la universidad en donde desarrolló el proyecto.

Recuerdo que con mucha amargura se refiere a que del área de diseño solo ha recibido críticas de "forma" de su proyecto, nunca le han felicitado por el producto que ha desarrollado y a cualquier momento esas críticas que recibe no aportan nada bueno y lo confunden, ya que se imaginaba que por ser un proyecto de diseño, tendría más críticas de las áreas de negocios que de la división a la que pertenece.

Al escucharlo, me vinieron a la mente las eternas discusiones que sostuve con esos maestros, indicando que debíamos de incrementar la planta docente de profesores con experiencia de negocios de diseño y con un ejercicio profesional vigente y fuerte, de manera que pudieran darle valor agregado a sus clases con el "expertise" que da el trato cotidiano con sus clientes y la lucha diaria para adquirir y conservar nuevos clientes... y por supuesto las negativas de los profesores de planta indicando que al no tener los "grados académicos" superiores estos posibles profesores no eran dignos que impartir clases en nuestra universidad.

Continuando con la plática, le comenté a este diseñador empresario que se olvidara de los comentarios que este tipo de profesores le daban, y que al sopesar los mismos recordara algo que siempre les he comentado a mis alumnos:

"Lo bello de nuestra profesión es que al momento de buscar un trabajo o un cliente, la universidad, el kardex y el promedio dejan de ser importantes ante el portafolio profesional"

Definitivamente, algunos de nuestros alumnos aprenden diseño con nosotros... sin nosotros... o a pesar de nosotros.

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